El verano se presenta ante nosotros como un oasis de tranquilidad, prometiendo horas de sol, brisa y descanso. Pero, mientras nos preparamos para disfrutar de esta temporada, es posible que enfrentemos obstáculos silenciosos: el estrés y la ansiedad. Aunque parezcan inofensivos, estos elementos pueden minar nuestra capacidad de desconectar y disfrutar plenamente. Entender su naturaleza y aprender a gestionarlos es clave para garantizar un verano revitalizante.

Estrés vs ansiedad: una diferenciación vital

Aunque solemos confundirlos o usarlos indistintamente, el estrés y la ansiedad tienen características propias. El estrés surge como respuesta a estímulos externos, provocando esa sensación de presión o sobrecarga. Es una reacción a circunstancias inmediatas, como enfrentar un plazo de entrega o resolver un conflicto. Sin embargo, cuando esta tensión no se resuelve y se prolonga, se transforma en ansiedad. Esta última es más insidiosa, anidándose en nuestro día a día y generando una constante sensación de preocupación o aprensión.

 El smartphone: la herramienta laboral que está en todas partes

En la era digital, el smartphone se ha vuelto una extensión de nosotros mismos. La pandemia solo intensificó su uso, convirtiéndolo en una herramienta laboral esencial. Pero, esta integración tiene su precio: dificulta distinguir entre momentos de trabajo y de descanso. Por ello, para garantizar un verano sin interrupciones laborales, es aconsejable establecer límites claros, como dejar el móvil profesional en casa durante las vacaciones.

La magia de las rutinas

El ser humano es, por naturaleza, un ser de hábitos. Nuestro cerebro se siente cómodo con las rutinas, las espera y las necesita para funcionar correctamente. Romperlas de golpe, como suele ocurrir en vacaciones, puede desencadenar ansiedad. Sin embargo, no se trata de mantener estrictamente nuestra rutina diaria, sino de establecer una adaptada al contexto vacacional. Esta ‘rutina de vacaciones’ puede incluir actividades relajantes y reconfortantes.

Consejos para un verano sin estrés

Música: elige melodías tranquilas y alegres puede ambientar y predisponer a la relajación.

-Gestión del Móvil: silenciar notificaciones no esenciales o establece horarios específicos para revisarlo puede evitar distracciones innecesarias.

-Visualización: snticipar mentalmente esos días de descanso, imaginando actividades y momentos de relax, prepara nuestra mente para un descanso genuino.

 

 

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