La Organización Mundial de la Salud y la Organización Internacional del Trabajo estiman que aproximadamente una de cada tres muertes por cáncer de piel no melanomatoso se debe a la exposición solar durante la jornada laboral. Entre 2000 y 2019, las muertes por cáncer de piel directamente relacionadas con la exposición a radiaciones solares durante el trabajo casi se duplicaron.
El cáncer de piel tiene una latencia muy baja y puede desarrollarse tras años o incluso décadas de exposición. Esto puede llevar a que muchas personas no reconozcan el riesgo y minimicen la importancia de la exposición sin control a la radiación UV.
Medidas preventivas
-Limitar el tiempo de exposición al sol modificando la jornada laboral si es necesario. Empezar más temprano y terminar antes puede ayudar a evitar las horas de más calor.
-Informar sobre las herramientas disponibles para conocer los índices de radiación en cada momento
-Enseñar a los trabajadores a realizar autoexploraciones de la piel utilizando la regla ABCDE para identificar posibles melanomas:
A: Asimetría – mitades diferentes.
B: Bordes irregulares – desiguales o dentados.
C: Color – colores rojizos, blanquecinos y azulados.
D: Diámetro – mayor de 6 mm.
E: Evolución – cambios en tamaño y forma.
-Proporcionar sombra e hidratación para ofrecer refugio y protección durante la exposición intensa al sol, evitando la exposición excesiva.
-Equipos de protección individual: usar ropa ligera y holgada que permita la transpiración, como pantalones largos y camisas de algodón de colores claros, cubrir la cabeza con gorras o sombreros de ala ancha, aplicar cremas con alta protección solar y repetir la aplicación varias veces durante la jornada, usar gafas de sol que filtren al menos el 90% de la radiación ultravioleta.
-Implementar protocolos específicos en los reconocimientos médicos anuales, incluyendo un chequeo dermatológico para detectar los primeros síntomas. Tener en cuenta que ciertos medicamentos pueden aumentar la sensibilidad a la radiación UV.
Llevar a cabo estas medidas no solo es crucial para prevenir el cáncer de piel, sino también para proteger la salud general de los trabajadores expuestos a la radiación solar.
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