El verano pasado, el Ministerio de Trabajo impuso multas por un total de 1,2 millones de euros a empresas que no protegieron adecuadamente a sus empleados del calor. Cada año, los veranos son, en promedio, más cálidos que los anteriores.
Las temperaturas en aumento representan una amenaza creciente para la salud de la población, especialmente para aquellos que trabajan al aire libre o en ambientes muy cálidos. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la crisis climática pone en riesgo directo la salud del 70% de los trabajadores a nivel mundial.
España se enfrenta a lo que podría ser uno de los veranos más calurosos de los últimos años, y la Inspección de Trabajo, como es habitual, intensifica su vigilancia sobre los mecanismos que deben implementar las empresas para prevenir insolaciones, desmayos o, en el peor de los casos, muertes debido a las altas temperaturas.
El verano pasado, la Inspección de Trabajo llevó a cabo una serie de actuaciones que resultaron en la detección de 241 infracciones en empresas que empleaban a 6.232 trabajadores. Estas infracciones resultaron en multas y sanciones por un total de 1,2 millones de euros, según informó la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
Aunque los agentes de la Inspección de Trabajo realizan periódicamente comprobaciones en distintos sectores y la prevención de riesgos es una exigencia común en todas sus visitas, ya sea para detectar fraudes laborales u otras irregularidades, el año pasado se reforzaron las inspecciones en el sector de la hostelería. Este verano, el foco estará en las empresas multiservicio, que proveen a otras compañías de servicios como limpieza o seguridad, y en los centros especiales de trabajo, dedicados a la inserción laboral de personas con algún tipo de diversidad funcional.
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